El hecho de estar en este momento llevando la palabra para terminar este ciclo, es para mí un privilegio, yo misma no lo creo. Prepararnos en salud fue un sueño represado de nuestras vidas, y hoy ese sueño esquivo y lejano es una realidad tangible. 

 

Nunca pensé como santandereana que en Fusagasugá podía prepararme, pero no solo descubrí la mejor manera, también encontré una de las más prestigiosas instituciones, “FORMASALUD”. 

 

Ese prestigio se debe a que a través del tiempo se administre y se maneje, manteniendo las características iniciales sin perder la calidad ni los valores, en eso las hermanas de la presentación son unas sabias, con casi siglo y medio de experiencia en salud en Colombia. Desde el año 1873, cuando su primer aporte en materia de salud fue enseñar a la gente a hervir el agua de consumo diario, este dato histórico parece simple, pero hervir el agua salvó infinidad de vidas en ese momento, pues la mortalidad infantil superaba el 30%. 

 

Las prácticas realizadas en el hogar geriátrico y en el hospital San Rafael de Fusagasugá, aclararon dudas y nos hicieron comprender, cómo para llegar al enfermo necesitamos además del saber, hacer acopio de humildad, paciencia y una buena dosis de positivismo, pues se trata de seres humanos que esperan de nosotros lo mejor. Esas prácticas resultaron excelentes para nuestra preparación. 

 

Este título se convertirá en un sello invisible grabado con nuestros desvelos, fatigas, y entrega sin límite por nuestra causa educativa, representa grandes esfuerzos y vigilias orientadas por excelentes docentes y directivos a un grupo de estudiantes comprometidos con su educación y su vida. 

                                

Escrito por la egresada: Martha Puentes Díaz

Julio 30/2020